ENTREVISTA
UN CAFÉ CON
PEDRO CONESA
Pedro Conesa | CEO
En esta entrevista tenemos al CEO de la empresa. Pedro Conesa, fundador de Cleverpy, emprendedor incansable y un entusiasta por naturaleza.
En una sociedad en la que es cada vez más complicado emanciparse siendo joven, Pedro se independizó con tan solo 20 añitos, lo que le llevó a desde bien joven a ir compaginando sus estudios con el mundo laboral, estudiando inicialmente formación profesional de grado superior y empleándola como puente de acceso a la Universidad, en la que primero pasó por Ingeniería Industrial, pero que abandonó para acabar en Administración de Empresas, y de forma más reciente un post-grado en dirección de proyectos.
Laboralmente con 40 años, ya son más de 18 años de experiencia profesional, de los cuales, los primeros 8 fueron dedicados a sectores tradicionales como el retail y la gestión de bienes inmuebles, y los últimos 10 dedicados al mundo digital, en los que el emprendimiento dentro de este ámbito fue clave para llevarnos al día de hoy.
Al principio, daba sus primeros servicios de consultoría en marketing digital para pequeños negocios pero este pequeño emprendimiento posteriormente fue yendo a más y Pedro se lanzó a sus primeros proyectos startup en aceleradoras de empresas como la antigua Bbooster (ahora Draper B1), Orizont (Navarra), Lanzadera (Marina de empresas), Sic Parvis Magna (ahora GoHub), etc.
Su primer proyecto startup no salió bien, principalmente las obligaciones de su primer socio (acababa de tener gemelos) dificultaron que pudiera salir adelante, y ambos decidieron no continuar dada la situación, así que Pedro se embarcó en un segundo emprendimiento, formando parte de una startup de IA ya constituida que seria el germen de lo que ahora es Cleverpy, su tercer emprendimiento.
Pero de esto, hablaremos más tarde.
Entrevista
"Prefiero poner al cliente en el centro de la empresa"
1. Para iniciar con esta entrevista, empecemos con algo que siempre genera curiosidad: ¿Cómo nació Cleverpy?
Jordi, Jesús y yo éramos compañeros de trabajo en una startup de Inteligencia Artificial de la que yo formaba parte durante la etapa de aceleración. Ellos se incorporaron una vez terminado este programa de aceleración y estaban en la parte técnica del proyecto y yo en la parte de desarrollo de negocio. Durante ese tiempo, veía que había sinergia y buen rollo entre nosotros. Además, veía que ellos tenían una serie de cualidades humanas que valoro mucho como emprendedor como son la humildad, la inquietud y la curiosidad, y esto es algo que siempre busco en unos socios.
Eso me llevó en un momento dado a proponerles si querían emprender conmigo, dejando ese proyecto y uniéndonos en uno propio. Los llamé y tras varias dudas y consultas con la almohada confiaron en mi y nos embarcamos en la semilla de esta empresa.
Jordi fue muy valiente porque estaba terminando la carrera (estaba con su TFG de hecho) y estaba entre ir al máster o consolidarse en el mundo laboral. Jesús ya había terminado el máster en Inteligencia Artificial y en ese momento estaba en una posición privilegiada para recibir muy buenas ofertas de empleo. Así que sus decisiones de apostar por mi las valoré mucho, no solo en ese momento, sino hasta el día de hoy.
Al principio empezamos a reunirnos en el Hub de StartupUPV, en la Universidad Politécnica de Valencia, tratando de explorar ideas de negocio, pero ninguna nos parecía suficientemente atractiva, escalable o con capacidad de traccionar en el mercado.
En aquel entonces, validar alguna solución de IA era complejo, ya que las empresas no estaban tan informadas como ahora y requeríamos de hacer para ellas un esfuerzo didáctico muy grande, y por contra, los potenciales inversores buscaban startups de IA a toda costa, indistintamente de si resolvías un dolor real o no del cliente, en donde tenias que dar mucho bombo a que “eres una startup de IA” por lo que era un escenario complejo y con alto riesgo para tropezar si te centrabas demasiado en la tecnología o si te centrabas demasiado en el cliente ya que podías perder la ventaja competitiva tecnológica del momento o la necesidad manifiesta de tus potenciales clientes. Vamos, que era complejo satisfacer a ambos stakeholders de manera perfecta. Aunque ahora con los años, lo tengo claro, prefiero poner al cliente en el centro de mi empresa.
Dicho esto, al final decidimos optar por dejar que el mercado nos guiase en base a sus necesidades como forma de validar nuestro negocio y nos salimos de la dinámica habitual de las startups optando por trabajar como una consultora de innovación y software, y por supuesto, de IA para medianas y grandes empresas. Éramos un bicho raro pero con potencial.
Eso nos dio la oportunidad de ir generando nuestros primeros contratos e ingresos en base a estos servicios de consultoría de software. Aunque yo, me esperaba que muchos de nuestros clientes tuvieran necesidades similares que nos permitieran poder ir generando servicios que fuésemos estandarizando entorno a un producto. Pero la realidad fue que nos llegaron clientes de diferentes sectores con diferentes necesidades, lo cual nos impidió que nos pudiéramos desarrollar hacia un modelo de negocio basado en producto y al final nos fuimos consolidando como consultora.
De este modelo de consultoría, uno de nuestros clientes fue Global Omnium, del que firmamos nuestro primer contrato con nuestro ahora Presidente Jaime Barba, y la cual, creó su rama tecnológica para la digitalización del sector del agua, Idrica.
En Idrica nos fueron incrementando las peticiones de servicios, ya que empezamos a adquirir cada vez mayor conocimiento sobre el negocio y al compás que Idrica fue creciendo, también lo hizo Cleverpy debido a los múltiples productos en los que nos fuimos viendo involucrados en su desarrollo hasta llegar al día de hoy, en el que la empresa forma parte de su Grupo Industrial debido a la propia adquisición de Idrica de nuestra empresa hace ya 3 años. Como pasa el tiempo.
2. Y ya que sabemos como nació Cleverpy. ¿De dónde viene el nombre?
Estuvimos una semana intentando darle nombre y no había manera. Hicimos varias dinámicas de “naming” y nos surgieron muchos nombres graciosos y que eran tan ridículos que a día de hoy siguen siendo un meme para nosotros.
Un día, desde casa nos comprometimos a que ese día era el ultimo para elegir un nombre y estuvimos debatiendo, poniendo alternativas en un chat. Entonces salió “Clever” que era un termino que nos gustaba. Y nos pusimos a buscar un complemento a este. A Jesús se le ocurrió “py” que es el nombre de los archivos en Python, “.py”. y dado que Python es el lenguaje en el que se desarrollan la mayoría de modelos de Machine Learning, este nombre tenía mucho sentido para nosotros.
En ese entonces recuerdo que estaba de moda poner “fy”, en las startups, así que ponernos un Py también estaba bien porque nos asociarían con una empresa tecnológica emergente pero sin ser una más del monto de la moda de turno.
3. ¿Qué sentiste cuando todo empezó a arrancar?
Realmente no sabría decirte porque a veces sentías que todo empezaba apunto de arrancar y otras que todo se detenía, [Nos reímos] Más que sentir algo en un momento concreto, te podría decir que hubo 2 años de pura emoción en el viaje de forma continua.
Todos los días eran emociones, para bien y para mal. Con muchos chascos y muchas alegrías, muchas alegrías que vuelven a ser chascos y chascos que se vuelven alegrías. Se puede decir que lo que he sentido es la típica montaña rusa del emprendedor, la cual, te mantiene enganchado y en tensión y alerta constante por y para el proyecto.
La verdad es que era pura emoción. Siempre surgían problemas, los más duros eran los que suponían gestionar los pocos recursos que teníamos, pero no nos importaba porque al final no sientes que estás trabajando sino que sientes que eso que haces es una parte más de ti y de quien eres.
En todo caso, si tuviera que darte un punto de inflexión para mi, este fue en el momento en el que la empresa fue invertida por Idrica y los socios ejecutamos el “Exit” de la misma. Cualquier emprendedor aspira a que su niño crezca e incluso con venderla, así que en ese momento sentimos mucha felicidad, aunque nadie me había hablado también de la tristeza que produce. Tristeza por perder una parte que has creado y que te genera cierta pena o melancolía, pero lo cierto es que tiempo después de aquello estamos convencidos de que fue muy buena decisión y que no todos los exits tienen que ser como los de los unicornios.
4. ¿Y estás satisfecho con lo que es Cleverpy ahora?
Sí. Siempre hay cosas que mejorar pero, estoy contento porque Cleverpy es una empresa con alma, con esencia. La gente lo nota desde fuera y desde dentro. No es una empresa solo para generar negocio, y funciona como una familia en donde tenemos a personas que llevan con nosotros desde que la empresa empezó a crecer y que son parte fundamental de nuestro día a día.
También diría que tiene un tamaño ideal para cumplir con su misión, que a día de hoy es acelerar a nuestra empresa matriz. Pero a la vez, somos suficientemente grandes como para tener nuestros recursos propios y suficientemente pequeña para seguir siendo muy ágiles. En este sentido, estoy muy satisfecho ya que en otras circunstancias tal vez perderíamos esa esencia que es un intangible que nos hace únicos.
Por otro lado, también estoy muy orgulloso de los valores que se han ido consolidando en nuestra empresa. Cuando la empresa es muy pequeñita resultaba muy sencillo, ya que tus valores son los de la propia empresa y esos los trasmites en el día a día. Pero, cuando ya no tienes la oportunidad de hablar con todo el mundo cada día es importante que los comuniques oficialmente y hagas que la empresa gire entorno a ellos, y que cada uno de sus stakeholders los asuma como propios. Creo que eso lo hemos sabido hacer muy bien.
5. ¿Hubo un momento en el que dijiste esto va en serio?
Siempre he pensado que iba en serio. Desde el momento en el que emprendí la primera vez hasta esta. Creo que o vas al 100% con tus metas o no vas. Pero si que es verdad que en el momento de constituir la empresa fue el momento en el que dijimos ahora sí que vamos en serio. Porque aunque no facturemos hay que pagar impuestos. Como poco, las cuotas de autónomos [Nos reímos].
6. Si pienso en un CEO me imagino infinidad de reuniones y poco tiempo. ¿Cuál es tu rutina?¿Cómo te organizas?
La tengo muy muy estructurada. Soy obsesivo del orden así que utilizo los tableros de Trello para organizarme.
Allí tengo unos 6 o 7 tableros que corresponden a cada área de la empresa y desde un tablero principal, que es el de dirección, voy creando y organizando las diferentes tareas para cada área mediante tarjetas que voy asignándolas a cada área.
Por la mañana lo primero que miro son las tareas para ver cuáles puedo hacer ese día, y cómo organizarlas. Luego miro el email. De esos emails saco nuevas tareas, porque suelen ser peticiones de cualquier tipo. Estas las organizo en el tablero, las asigno a personal clave si es necesario y ya cuando termino me pongo con las que me he asignado para ese día que suelen ser las que considero no delegables.
Por último, trato de limitar mucho las reuniones y suelo organizarlas principalmente por las tardes y los viernes para el control de la empresa. Además, suelo limitarlas a 30 minutos. El resto del tiempo, utilizo comunicación asíncrona para no acabar sumergiéndome en días improductivos con temas que se resuelven con un email o 5 minutos en Teams.
7. Ahora vamos con cosas más personales. Cuéntanos un poco sobre tus hobbies.
La verdad que tengo dos aficiones principales: tocar la guitarra y jugar al tenis de mesa. También canto como complemento a la guitarra, no lo hago mal, pero depende de cuánto público tenga delante.
Me compré la guitarra hace 20 años, más o menos, cuando me independicé. No teníamos internet en el piso que compartía y tenía que entretenerme con algo. Tocaba las canciones de aquel momento. A día de hoy, cualquier canción que me gusta, en vez de escucharla, aprendo a tocarla. Si la quiero escuchar, la toco en la guitarra. Lo veo como una forma de extender la experiencia musical y hacerla personal.
8. ¿La has usado en alguna situación personal?
La he usado para ligar [Se ríe]. Estuve seis meses viviendo al lado de la que es mi actual pareja y yo tocaba la guitarra pensando que tal vez ella me escucharía. Hoy ya sé que si me escuchaba. De vez en cuando me pide que le toque alguna canción.
Bueno y otro hobby que tengo es el tenis de mesa. Lo descubrí en la oficina donde tenemos una mesa de ping pong, y ahora juego a nivel federado. Entreno 4 o 5 días a la semana. Suelo entrenar desde las 18:30 o 19:00 hasta las 21:00, más o menos. Todas las tardes excepto si compito el fin de semana.
Compito por equipos e individual. Lo hago como terapia, para mí es como el que hace meditación o mindfulness. La meditación hace que te concentres y y te abstraigas de todo lo demás. Yo no puedo hacerla porque enseguida me vienen pensamientos laterales de muchas cosas y me es imposible. Pero con el tenis de mesa, la bolita viene muy rápido. Solo puedes pensar en ella así que cuando pasas 2 horas concentrado mirando una bola terminas con la misma sensación de como si hubieras hecho meditación. Es terapéutico.
Yo la verdad lo recomiendo muchísimo. Hay mucha gente con problemas de ansiedad, déficit de atención y demás, que juegan justamente por esto. He jugado al fútbol, he hecho atletismo, baloncesto y tenis, y no lo puedo comparar con ninguno. Tiene la capacidad de concentrarte y potenciar tu agilidad mental.
9. Ahora la pregunta típica. ¿Eres más de libros, películas o series? ¿Y cuál recomiendas?
No me gusta leer porque leo ya mucho en el trabajo y no me apetece mucho seguir leyendo después.
De series te diría que mi favorita ha sido, evidentemente, “Juego de Tronos”. Pero también “Como conocí a vuestra madre”. Digamos que me siento identificado con los 3 personajes en diferentes momentos y situaciones. [Se ríe]. Pero en general toda la serie me parece super divertida. Además el género de comedia romántica me gusta mucho.
Y de películas te diría “Medianoche en París” de Woody Allen. No puedo hacerte spoiler pero es muy divertida. Si te gusta París y las películas con cierto estilo bohemio, te va a gustar. La tengo que volver a ver pronto.
10. Y ya por último, con la experiencia que tienes: ¿Qué le dirías a alguien que quiere emprender? ¿Qué consejo le darías?
Le diría que no se ciegue por su pasión, la pasión del emprendedor. Un emprendedor por naturaleza siempre es pasional, de hecho necesita serlo. Para mi es imposible emprender si no hay emoción de por medio. Pero esa emoción también es peligrosa y a veces te ciega. Te hace no ver tus errores o te limita la capacidad de ejecución idealizando tus ideas por encima de las necesidades de los clientes.
He visto gente que por estar demasiado cegados por su idea, han malgastado más recursos de los que deberían. Y de aquí sale el segundo consejo: no te gastes dinero que no te puedas permitir para emprender.
Invierte tu tiempo y energía pero limita tu inversión de dinero, porque si te equivocas, podrás tener otra oportunidad de volver a emprender. Pero si pones todo tu dinero e incluso deuda para emprender, puede que lo pierdas y además, no vuelvas a tener la oportunidad de intentarlo.
Yo por ejemplo, emprendí 3 veces. Y en ninguno de los casos emprendí con mi dinero personal. He emprendido con mi tiempo y mi esfuerzo, tratando de generar valor para los demás.
Por tanto, no te ciegues por la pasión y no emplees tus recursos personales para emprender.
Aunque hoy en día podemos ver a Pedro como el CEO de una empresa, triunfando en todo lo que hace, su camino no fue fácil pero tuvo la determinación para buscar su camino. Lo intentó y volvió a intentar hasta que lo logró. Hoy en día lidera un proyecto que nace de la experiencia, el trabajo y sobre todo el deseo por hacer las cosas mejor.
Pedro representa el equilibrio entre curiosidad, humildad y visión. Gracias por recordarnos que no hace falta tenerlo todo claro desde el principio para llegar lejos. Solo hace falta avanzar con ganas, con corazón… y, si puede ser, con una guitarra cerca.